Cartelera:
Un método peligroso (2011), David Cronenberg
No se puede negar que hay una adjetivo que casa bastante bien con Cronemberg: inquietante.
Y también hay algo muy de agradecer en los directores que vienen de haberse labrado un cartel: el cambio de registro. Soy completo desconocedor de su época inicial, algo más de su época media, con La Mosca (1986) e Inseparables (1988), pero he celebrado claramente en su época más reciente ejercicios más alejados del cine fantástico, como Crash (1996), Una historia de violencia (2005) y Promesas del este (2007). Y es precisamente con éstas últimas con las que creo que comparte un nexo común que inevitablemente va unido a la edad: la reflexión sobre nuestros instintos más profundos y el descubrimiento de nuestra verdadera identidad.
La prueba es que en esta ocasión ha ido a por el padre y el hijo de esa corriente que nació con el siglo XX: el psicoanálisis, Freud y Jung.
Pelicula de muy pocos personajes y localizaciones, no casualmente una adaptación de la obra tatral del mismo autor que firma el guión, Christopher Hampton. Densa en sus diálogos. De esas peliculas en las que uno estaría todo el rato dándole al pause para reflexionar sobre algunas frases. Es inevitable que falte ese minimo tiempo para digerir esos medidos diálogos. Pero aun así, en ningún momento se hace pesada ni tediosa, aunque cueste algo acostumbrarse a su ritmo al principio. Tampoco es fría, porque sabe solapar con auténtica maestría y dosificación las teorías de sus personajes con el viaje emocional que experimenta su protagonista, un regio Fassbender encarnando a Carl Gustav Jung. Eso sí, destaco el reparto al completo. Estan todos espléndidos.
Otro innegable atractivo del film es su imponente dirección artística. Verdaderamente exquisita toda la recreación de la época: localizaciones, interiores y vestuario están sobresalientes.
Y ya me diréis. A mi la peli me deja un sabor. En una época en la que el sexo masculino seguía pavoneándose de abanderar casi con total exclusividad los méritos del progreso, la mujer asomaba ya la cabeza de una manera sumamente poderosa. Los papeles de la mujer de Jung y de la propia Knightley son para mí los que contienen las mejores perlas. Muchos puros en boca y sermones algo fanfarrones, cuando en realidad son ellas las que mediante finísimos pero firmes hilos dominan el consciente y el subconsciente. Pura inteligencia.
PARA: Interesados en entender al ser humano
ABSTENERSE: Los que evitan el cine inteligente
La vida es un guión que unos leen y otros interpretan, pero que sólo tú escribes. Está en tu mano.
martes, 29 de noviembre de 2011
viernes, 25 de noviembre de 2011
Cinco metros cuadrados
Cartelera:
Cinco metros cuadrados (2011), Max Lemcke
Seguro que estaremos de acuerdo en que las películas que decidimos acudir a ver al cine se empiezan a degustar antes de que se inicie su proyección. Nuestra mente empieza a llenarse de impresiones en las que influyen su ficha artística, su recorrido previo por festivales o el tema que aborda.
Este film cuenta con buenos actores, ganó el festival de Málaga y toca un tema sensible. Contaba además con el atractivo de ver en un papel dramático a un actor de exclusivo registro hasta la fecha en el ámbito de la comedia, como Fernando Tejero.
Y en esas que uno se da de bruces con el guión. ¿Dónde está el supuesto ingenio u originalidad que hoy en día parece imprescindible para poder convencer a las productoras? En este caso, el resultado es, exactamente, lo que uno espera ver. Con lo que me voy a ahorrar spoilers, o no, según se vea.
No podemos, en pleno siglo XXI, contar y narrar una historia de nuestra realidad social y económica como si estuviésemos en los años 60 o 70. Algunos personajes están patéticamente dibujados. No digo que no puedan ser reales, sino que carecen de la profundidad mínima exigible para un cine como el nuestro, que lleva ya mucho tiempo exhibiendo una destacable calidad. Por no mencionar otros papeles metidos con calzador.
Fernando Tejero no está mal en su nuevo registro, pero en ningún caso lo destacaría. Únicamente salvaría a un Emilio Gutiérrez Caba que sí se mueve con indudable soltura en su papel de promotor chorizo "made in spain".
PARA: Nostálgicos del cine de los 60
ABSTENERSE: Admiradores del nuevo cine español
Cinco metros cuadrados (2011), Max Lemcke
Seguro que estaremos de acuerdo en que las películas que decidimos acudir a ver al cine se empiezan a degustar antes de que se inicie su proyección. Nuestra mente empieza a llenarse de impresiones en las que influyen su ficha artística, su recorrido previo por festivales o el tema que aborda.
Este film cuenta con buenos actores, ganó el festival de Málaga y toca un tema sensible. Contaba además con el atractivo de ver en un papel dramático a un actor de exclusivo registro hasta la fecha en el ámbito de la comedia, como Fernando Tejero.
Y en esas que uno se da de bruces con el guión. ¿Dónde está el supuesto ingenio u originalidad que hoy en día parece imprescindible para poder convencer a las productoras? En este caso, el resultado es, exactamente, lo que uno espera ver. Con lo que me voy a ahorrar spoilers, o no, según se vea.
No podemos, en pleno siglo XXI, contar y narrar una historia de nuestra realidad social y económica como si estuviésemos en los años 60 o 70. Algunos personajes están patéticamente dibujados. No digo que no puedan ser reales, sino que carecen de la profundidad mínima exigible para un cine como el nuestro, que lleva ya mucho tiempo exhibiendo una destacable calidad. Por no mencionar otros papeles metidos con calzador.
Fernando Tejero no está mal en su nuevo registro, pero en ningún caso lo destacaría. Únicamente salvaría a un Emilio Gutiérrez Caba que sí se mueve con indudable soltura en su papel de promotor chorizo "made in spain".
PARA: Nostálgicos del cine de los 60
ABSTENERSE: Admiradores del nuevo cine español
miércoles, 23 de noviembre de 2011
VI Concurso de Guiones Ciudad de Segovia 2011
Qué gran jornada!
Hoy he recogido en Segovia el premio como uno de los dos finalistas del concurso internacional de guiones Ciudad de Segovia Fundación Mapfre en su VI edición.
Agradezco desde aquí lo acogedores que han sido todos y todas los involucrados en esta gran muestra de cine europeo. Sobretodo, la concejalía de cultura del Ayuntamiento.
Y también es momento de acordarse del lugar donde nació y creció este guión, Taller de Guionistas. Desde aquí un abrazo grande a mi maestro, Juan Carlos Sánchez-Marín, sin el cual no habría podido ni soñar un día como el de hoy.
Mis compañeros, Jaime Bartolomé (ganador) y Diego Soto (finalista), y yo hemos recibido, además del premio (la escultura del As de Segovia), muchísimo apoyo por parte del jurado, encabezado por Jaime Chávarri, e integrado también por otra cara conocida, Emilio Gutiérrez Caba. Y también hemos tenido el lujo de poder departir con Unax Ugalde y David Pinillos, el último Goya a director novel.
Todos ellos muy amables, y con los que hemos compartido una gran comida en el restaurante José María.
Ahora ya sólo falta que el guión, "Sin valor", pueda ver la luz en un futuro bien próximo.
¡A por ello vamos!
Con el director de cine y presidente del Jurado, Jaime Chávarri, El alcalde de Segovia, Pedro Ahuertes, y el actor Emilio Gutiérrez Caba.
Prensa:
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Unax Ugalde
lunes, 21 de noviembre de 2011
Código Fuente
Codigo fuente (2011), Duncan Jones
Cíclicamente deambulan por los cines productos como éste. La fórmula está clara: efectos especiales, guión apoyado en éxitos del pasado y una cara conocida. La verdad es que ignoro si son rentables o no, pero no podemos negar que esta combinación llena un hueco en el cine. El hueco que rellenan todos aquellos que buscan distracción, sin la más mínima intención de arriesgarse a topar con una obra maestra del cine independiente, ni a estrujarse el cerebro.
En lo primero salen airosos. En lo segundo tropezarán. Y es que los jueguecitos con los viajes en el tiempo están tan trillados que ahora parece que dependemos de complicar el mecanismo por el cual realizamos dichos viajes. Dudo que la simple mayoría de espectadores haya entendido la rocamblesca idea en la que se basa el film para explicar esa puerta que nos abre la posibilidad a modificar el pasado, y con ello el futuro. Pero no es eso lo peor. Resulta inexplicable que alguien que (suponemos) se parte el coco urdiendo semejante trama, plantee un final tan someramente ingenuo, por no decir ya light o directamente cursi.
Lo dicho. Para un día de lluvia en el que deseemos aparcar una parte del cerebro, porque te piden que uses la otra. Aunque podéis apagarlo todo, francamente.
PARA: Consumidores de cine comercial en serie
ABSTENERSE: Fanáticos de Tomates verdes fritos
En lo primero salen airosos. En lo segundo tropezarán. Y es que los jueguecitos con los viajes en el tiempo están tan trillados que ahora parece que dependemos de complicar el mecanismo por el cual realizamos dichos viajes. Dudo que la simple mayoría de espectadores haya entendido la rocamblesca idea en la que se basa el film para explicar esa puerta que nos abre la posibilidad a modificar el pasado, y con ello el futuro. Pero no es eso lo peor. Resulta inexplicable que alguien que (suponemos) se parte el coco urdiendo semejante trama, plantee un final tan someramente ingenuo, por no decir ya light o directamente cursi.
Lo dicho. Para un día de lluvia en el que deseemos aparcar una parte del cerebro, porque te piden que uses la otra. Aunque podéis apagarlo todo, francamente.
PARA: Consumidores de cine comercial en serie
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viernes, 18 de noviembre de 2011
Un Dios salvaje
Un Dios salvaje (2011), Roman Polanski
Pelicula 100% de guión, por cierto, del propio Polanski y de su autora original, Yasmina Reza.
Los que me conocen saben que me gusta este tema: nos llenamos la boca hablando de la crisis de valores de las nuevas generaciones cuando al rascar un poquito en nuestra superficie salta enseguida la piel y asoma el animal...
Nunca me ha convencido del todo eso de ver una obra de teatro en una pantalla. Aun así, hay que admitir que se disfruta viendo a estos actores. La peli pasa volando. Tal cual: 1h15min !
En cuanto a su desarrollo, no hay mucho misterio en el tinte que van cogiendo los acontecimientos. Quizás lo más original sea ese juego buñueliano que les impide despedirse para no dejar el más mínimo resquicio abierto, sin ser conscientes (sólo al principio) de que les aguarda su particular "angel exterminador".
Es, sin duda, un ejercicio de mérito encontrar los recursos para mantener un único diálogo a 4 bandas durante tanto tiempo sin que el interés decaiga. Invito al que lo dude a que lo intente.
Me quedo con Waltz, ultimamente en estado de gracia. Winslet sobria. La Foster ya empieza a rechinar. Y Reilly hace de Reilly. Particularmente, no me resulta creible el matrimonio Foster-Reilly.
En fin, nunca he sido fan de Polanski, pero tb es verdad que nunca me ha decepcionado.
PARA: Simpatizantes con el cine estilo Woody Allen
ABSTENERSE: Impacientes
Pelicula 100% de guión, por cierto, del propio Polanski y de su autora original, Yasmina Reza.
Los que me conocen saben que me gusta este tema: nos llenamos la boca hablando de la crisis de valores de las nuevas generaciones cuando al rascar un poquito en nuestra superficie salta enseguida la piel y asoma el animal...
Nunca me ha convencido del todo eso de ver una obra de teatro en una pantalla. Aun así, hay que admitir que se disfruta viendo a estos actores. La peli pasa volando. Tal cual: 1h15min !
En cuanto a su desarrollo, no hay mucho misterio en el tinte que van cogiendo los acontecimientos. Quizás lo más original sea ese juego buñueliano que les impide despedirse para no dejar el más mínimo resquicio abierto, sin ser conscientes (sólo al principio) de que les aguarda su particular "angel exterminador".
Es, sin duda, un ejercicio de mérito encontrar los recursos para mantener un único diálogo a 4 bandas durante tanto tiempo sin que el interés decaiga. Invito al que lo dude a que lo intente.
Me quedo con Waltz, ultimamente en estado de gracia. Winslet sobria. La Foster ya empieza a rechinar. Y Reilly hace de Reilly. Particularmente, no me resulta creible el matrimonio Foster-Reilly.
En fin, nunca he sido fan de Polanski, pero tb es verdad que nunca me ha decepcionado.
PARA: Simpatizantes con el cine estilo Woody Allen
ABSTENERSE: Impacientes
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El ultimo gran día (Get Low)
El ultimo gran día (Get Low), Aaron Schneider
Opera prima del director de fotografía de Titanic. Está (literalmente) a millas de distancia de esas latitudes, dado que nos sitúa en uno de los entornos 100% yankees: pueblito perdido de la america profunda.
De entrada, lo que sorprende es que un film con este cartel no haya tenido el más minimo lanzamiento comercial, aunque tb es verdad que podría no haberme enterado perfectamente...
Sin duda, ver juntos a estos 3 cracks era motivo sobrado como para meter la nariz, oportunidad que agradezco a Filmin.
Tras un buen comienzo, la peli parece que se va a desmoronar debido a uno de los más arriesgados movimientos que puede acometer un guión, o un director: el cambio de tono. De una aparente promesa de western crepuscular gira a una casi comedia al más puro estilo Coen. Dicho giro de cintura casi arruina la peli a mi entender, subrayado por un actor especializado en ese tono: Bill Murray.
Y para salir de un mal giro, lo mejor es otro giro. La segunda mitad es un sólido drama que cuenta con tres elementos a su favor, que consiguen más que salvar la pelicula: la fotografía (hubiese sido grave lo contrario), las interpretaciones (a sus pies Sr.Duvall) y la ocultación de la información.
El misterio que envuelve al protagonista adquiere un halo especial en la segunda mitad. ¡Qué importante es dosificar bien la información al espectador! En ese tramo, juegan un papel destacable dos personajes: la renacida Sissy Spacek ! y el reverendo Jackson ¿todos los reverendos negros se llaman Jackson?
Total, que acaba consiguiendo nuestra complicidad hacia un final, eso sí, algo ñoño. Pero vale la pena.
PARA: Quien quiera disfrutar con tres actores veteranos
ABSTENERSE: Prejuiciosos que descartan una peli en 10min
Opera prima del director de fotografía de Titanic. Está (literalmente) a millas de distancia de esas latitudes, dado que nos sitúa en uno de los entornos 100% yankees: pueblito perdido de la america profunda.
De entrada, lo que sorprende es que un film con este cartel no haya tenido el más minimo lanzamiento comercial, aunque tb es verdad que podría no haberme enterado perfectamente...
Sin duda, ver juntos a estos 3 cracks era motivo sobrado como para meter la nariz, oportunidad que agradezco a Filmin.
Tras un buen comienzo, la peli parece que se va a desmoronar debido a uno de los más arriesgados movimientos que puede acometer un guión, o un director: el cambio de tono. De una aparente promesa de western crepuscular gira a una casi comedia al más puro estilo Coen. Dicho giro de cintura casi arruina la peli a mi entender, subrayado por un actor especializado en ese tono: Bill Murray.
Y para salir de un mal giro, lo mejor es otro giro. La segunda mitad es un sólido drama que cuenta con tres elementos a su favor, que consiguen más que salvar la pelicula: la fotografía (hubiese sido grave lo contrario), las interpretaciones (a sus pies Sr.Duvall) y la ocultación de la información.
El misterio que envuelve al protagonista adquiere un halo especial en la segunda mitad. ¡Qué importante es dosificar bien la información al espectador! En ese tramo, juegan un papel destacable dos personajes: la renacida Sissy Spacek ! y el reverendo Jackson ¿todos los reverendos negros se llaman Jackson?
Total, que acaba consiguiendo nuestra complicidad hacia un final, eso sí, algo ñoño. Pero vale la pena.
PARA: Quien quiera disfrutar con tres actores veteranos
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sábado, 12 de noviembre de 2011
Another year
Another year (2010), Mike Leigh
No se puede negar que el Sr. Leigh sabe lidiar con las relaciones humanas. Basta con echar un vistazo a su filmografía... y más allá, con experiencia en el teatro y la tv.
Sólo por la trenza que construye con los personajes partiendo de sus terrenales vidas ya vale la pena dedicarle tiempo. Y es una lástima que el público no se eche más a menudo en sus redes, aunque sea lógico: la mayoría de la gente va al cine a desconectar, mientras que su cine no tiene nada de desconexión con nuestro mundo cotidiano.
La película nos habla de uno de los quistes sociales precisamente más habituales: la soledad. Y lo hace, curiosamente, desde un ángulo especial: el de la amistad. Un tipo de amistad al que comunmente dotamos de mayor credibilidad cuando sus protagonistas cuentan con una cierta edad.
Careciendo del ritmo y del hilo que buscamos habitualmente en historias con línea argumental, consigue acompañarnos de manera entrañable durante todo su metraje, que sobrepasa las dos horas, como si estuviesemos dando un paseo. Y a ello contribuye con acierto la elección de fragmentar ese año de la vida de nuestros personajes en las cuatro estaciones. De hecho, casi cuatro veladas (y alguna más) que reflejan la temperatura de sus estados de ánimo al unísono con la de la propia climatología. Todo gracias a unas convincentes interpretaciones, aunque rechina reconocer en ellas un acting por momentos demasiado teatral. No por los ademanes, sino por la característica complicidad con el público de escenas en las que las caras de un personaje se suponen invisibles a los ojos de los otros.
Pero donde creo que patina Mike, como guionista, es en la asociación de soledad con hogar unipersonal. Vamos, que todo aquel que no llegue a una edad viviendo en pareja está condenado. Para mi gusto se pasa tres vueltas. Una pareja de protagonistas por momentos demasiado idílica y sin la más mínima fisura, unos amigos solteros sin luz al final de su tunel, y para remate, un hijo que encuentra en la pareja la estabilidad que entendemos le "salvará" de un incierto futuro.
La sociedad en la que vivimos es agriamente rica en modelos de soledad, obviamente, incluyendo a gente que no vive sola. Y curiosamente, el arranque del film lo protagoniza una mujer, anecdótica en la historia, que representa a la perfección a esa inmensa realidad social, pero a la que nuestro director decide olvidar. Cosas de la vida.
PARA: Seguidores del cine social al más puro estilo británico
ABSTENERSE: Lobos solitarios
No se puede negar que el Sr. Leigh sabe lidiar con las relaciones humanas. Basta con echar un vistazo a su filmografía... y más allá, con experiencia en el teatro y la tv.
Sólo por la trenza que construye con los personajes partiendo de sus terrenales vidas ya vale la pena dedicarle tiempo. Y es una lástima que el público no se eche más a menudo en sus redes, aunque sea lógico: la mayoría de la gente va al cine a desconectar, mientras que su cine no tiene nada de desconexión con nuestro mundo cotidiano.
La película nos habla de uno de los quistes sociales precisamente más habituales: la soledad. Y lo hace, curiosamente, desde un ángulo especial: el de la amistad. Un tipo de amistad al que comunmente dotamos de mayor credibilidad cuando sus protagonistas cuentan con una cierta edad.
Careciendo del ritmo y del hilo que buscamos habitualmente en historias con línea argumental, consigue acompañarnos de manera entrañable durante todo su metraje, que sobrepasa las dos horas, como si estuviesemos dando un paseo. Y a ello contribuye con acierto la elección de fragmentar ese año de la vida de nuestros personajes en las cuatro estaciones. De hecho, casi cuatro veladas (y alguna más) que reflejan la temperatura de sus estados de ánimo al unísono con la de la propia climatología. Todo gracias a unas convincentes interpretaciones, aunque rechina reconocer en ellas un acting por momentos demasiado teatral. No por los ademanes, sino por la característica complicidad con el público de escenas en las que las caras de un personaje se suponen invisibles a los ojos de los otros.
Pero donde creo que patina Mike, como guionista, es en la asociación de soledad con hogar unipersonal. Vamos, que todo aquel que no llegue a una edad viviendo en pareja está condenado. Para mi gusto se pasa tres vueltas. Una pareja de protagonistas por momentos demasiado idílica y sin la más mínima fisura, unos amigos solteros sin luz al final de su tunel, y para remate, un hijo que encuentra en la pareja la estabilidad que entendemos le "salvará" de un incierto futuro.
La sociedad en la que vivimos es agriamente rica en modelos de soledad, obviamente, incluyendo a gente que no vive sola. Y curiosamente, el arranque del film lo protagoniza una mujer, anecdótica en la historia, que representa a la perfección a esa inmensa realidad social, pero a la que nuestro director decide olvidar. Cosas de la vida.
PARA: Seguidores del cine social al más puro estilo británico
ABSTENERSE: Lobos solitarios
jueves, 10 de noviembre de 2011
Invictus ¿Es hoy un jueves cualquiera?
Invictus
En la noche que me envuelve,
negra como un pozo insondable,
doy gracias al dios que fuere
por mi alma inconquistable.
ni cuántos castigos lleve a la espalda,
soy el amo de mi destino,
soy el capitán de mi alma.
William Ernest Henley (1849–1903)
Video del poema en la película de Clint Eastwood, Invictus (2009)
En la noche que me envuelve,
negra como un pozo insondable,
doy gracias al dios que fuere
por mi alma inconquistable.
En las garras de las circunstancias
no he gemido ni llorado.
Ante las puñaladas del azar
si bien he sangrado, jamás me he postrado.
Más allá de este lugar de ira y llantos
acecha la oscuridad con su horror,
no obstante la amenaza de los años
me halla y me hallará sin temor.
ni cuántos castigos lleve a la espalda,
soy el amo de mi destino,
soy el capitán de mi alma.
William Ernest Henley (1849–1903)
Video del poema en la película de Clint Eastwood, Invictus (2009)
sábado, 5 de noviembre de 2011
La voz dormida
La voz dormida (2011), Benito Zambrano
Cuando nos reabren una ventana a episodios tan crudos de nuestro pasado siempre consiguen generar una sensación de infinito respeto hacia los miles y miles de personas que han tenido que sufrir para que hoy nosotros estemos aquí. Sea cual sea el drama humano, y se situe donde se situe, tanto temporal como geográficamente.
Y si, además, está bien producido e interpretado (en algunos casos) todavía es mayor el efecto. Muy interesante María león.
Pero dejando aparte ese punto, de lo que se trata aquí no es de hablar sobre nuestra historia sino sobre la película.
Benito Zambrano tenía sobrado crédito como para generar una expectativa, ganada sobradamente con Solas (1999), y menos (pero a mi me encantó) con Habana Blues (2005).
Sin embargo, cinematográficamente, he salido del cine algo decepcionado. Y digo "algo", porque la cuestión histórica por sí sola permite mantener un mínimo interés durante toda la película. El problema es que en clave de cine no aporta nada.
De entrada, carece de interrogantes que nos puedan generar interés en su avance. Podemos prever toda la peli desde el min 15.
La condensación de excesivos diálogos provocada por la esclavitud de querer reproducir el máximo contenido de la novela no deja respirar lo suficiente, ni a los personajes ni a la propia película. Con toda la carga dramática que la inunda, los personajes no llegan a tener la profundidad que deberían, y eso es un error. No puedo entender como alguien capaz de jugar con los silencios y las miradas de Solas, lo haya perdido 12 años después.
Aun así, no es lo más flojo de la peli. Sí lo es el tratamiento que se hace de todos los papeles que representan al bando "contrario". El público de hoy en día tiene la suficiente madurez como para digerirlos fílmicamente en su rol sin necesidad de entrar en estereotipos tan caricaturizados que, independientemente de nuestras creencias políticas, debemos admitir como rebajadores de la calidad de la pelicula. Y no digo que no existiesen en realidad. Estoy absolutamente convencido de que así fue, y en todas las guerras del mundo. Es la condición humana, desgraciadamente. Pero para verlos por enésima vez en una película... Aunque quizás eso se le pueda achacar a Dulce Chacón y no a Benito.
Cuando nos reabren una ventana a episodios tan crudos de nuestro pasado siempre consiguen generar una sensación de infinito respeto hacia los miles y miles de personas que han tenido que sufrir para que hoy nosotros estemos aquí. Sea cual sea el drama humano, y se situe donde se situe, tanto temporal como geográficamente.
Y si, además, está bien producido e interpretado (en algunos casos) todavía es mayor el efecto. Muy interesante María león.
Pero dejando aparte ese punto, de lo que se trata aquí no es de hablar sobre nuestra historia sino sobre la película.
Benito Zambrano tenía sobrado crédito como para generar una expectativa, ganada sobradamente con Solas (1999), y menos (pero a mi me encantó) con Habana Blues (2005).
Sin embargo, cinematográficamente, he salido del cine algo decepcionado. Y digo "algo", porque la cuestión histórica por sí sola permite mantener un mínimo interés durante toda la película. El problema es que en clave de cine no aporta nada.
De entrada, carece de interrogantes que nos puedan generar interés en su avance. Podemos prever toda la peli desde el min 15.
La condensación de excesivos diálogos provocada por la esclavitud de querer reproducir el máximo contenido de la novela no deja respirar lo suficiente, ni a los personajes ni a la propia película. Con toda la carga dramática que la inunda, los personajes no llegan a tener la profundidad que deberían, y eso es un error. No puedo entender como alguien capaz de jugar con los silencios y las miradas de Solas, lo haya perdido 12 años después.
Aun así, no es lo más flojo de la peli. Sí lo es el tratamiento que se hace de todos los papeles que representan al bando "contrario". El público de hoy en día tiene la suficiente madurez como para digerirlos fílmicamente en su rol sin necesidad de entrar en estereotipos tan caricaturizados que, independientemente de nuestras creencias políticas, debemos admitir como rebajadores de la calidad de la pelicula. Y no digo que no existiesen en realidad. Estoy absolutamente convencido de que así fue, y en todas las guerras del mundo. Es la condición humana, desgraciadamente. Pero para verlos por enésima vez en una película... Aunque quizás eso se le pueda achacar a Dulce Chacón y no a Benito.
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