martes, 11 de junio de 2013

15 años y un dia

15 años y un día (2013), Gracia Querejeta
para La finestra digital


Llama la atención la coincidencia en el tema de fondo de las dos últimas ganadoras del festival de Málaga: la rebeldía de los adolescentes. Tema también de actualidad por la reciente estreno de "Fill de Cain". Cuando presenté a 2-3 productoras mi guión de largometraje premiado en Segovia, sobre el mismo tema, la respuesta fue que estos temas dramáticos ahora no tenian cabida en el panorama cinematográfico. Huelgan comentarios rebeldes.
Pero a diferencia de la película del año pasado, Els nens salvatges (2012) de Patricia Ferreira, este drama firmado por Gracia Querejeta se queda lejos de lo que se podría esperar de un film premiado ya bien entrado el siglo XXI.
Con la dificultad que conlleva levantar un largometraje en este país actualmente, y en pleno cierre de salas partes, la película no aporta prácticamente motivos por los que valga firmemente la pena desembolsar el precio de una entrada. Lo primero que sorprende de la propuesta en su conjunto (técnico, artístico y específicamente de guión) es que podríamos estar ante un filme rodado en los años 80.
De entrada, su planteamiento no esconde sorpresas, pues el cine y la televisión nos han ofrecido ya numerosas situaciones comparables (acepto el pulpo que no aceptaba antes). Pero por si esta carencia en el guión no fuera suficiente, la definición y, sobre todo, los diálogos, conceden poco margen de maniobra a unos actores que se convierten en lo más destacable del todo. Maribel Verdú vuelve a trabajar con la directora tras el buen resultado que obtuvo individualmente con "Siete mesas de billar francés", donde ganó el Goya. Tito Valverde aguanta perfectamente el cambio de registro respecto a lo que hemos visto recientemente en él. Paralelamente, también suman los trabajos de secundarias como Belén López y Susi Sánchez.
Después de una primera mitad del todo decepcionante, la película toma un giro que consigue rescatarnos de la tópica y típica estructura inicial. Aunque este giro abre una fase de interrelación más interesante con el espectador, la directora no llega a poder esconder en ningún momento las costuras de un guión lleno de diálogos sobreexplicativos que no dan tregua al conjunto. La mirada de Querejeta no llega a conmover conciencias de ninguno de los públicos que se podría ver afectado por la situación expuesta, que no son pocos. Tocar temas como la cobardía que no nos permite comunicarnos debidamente con nuestros seres queridos, o los prejuicios a los que esto nos lleva, descuidando la labor que se espera de nosotros respecto a nuestros hijos, no es suficiente. El cine (y la vida) ya nos han explicado que ni las lecciones las pueden dar sólo los adultos, ni la desorientación es únicamente atribuible a los adolescentes. Pero si la intención es recordarnos esto, hoy en día disfrutamos en este país de una muy sana y renovada creatividad para escoger nuevas formas de expresarlo audiovisualmente, formas que brillan por su ausencia. Todo lo contrario que el acertado film de Patricia Ferreira.

PARA: fans de actores españoles consolidados
ABSTENERSE: el que tenga ya el cupo lleno de cine español del siglo XX

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