miércoles, 5 de junio de 2013

360 Juego de destinos

360 Juego de destinos (2011), Fernando Meirelles


Las peliculas corales, con multiples personajes y sin protagonista, son una especie difícil de encontrar en el mundo del cine. Carecer de una trama principal no facilita exactamente las cosas a la hora de convencer sobre su potencial. Deben hacer falta muchas carambolas para que una salga a flote.
Pues ésta es de las que no sólo flota sino que navega impecablemente. Se ha atrevido este reconocido director, autor de éxitos como Ciudad de Dios (2002) o El jardinero fiel (2005), que adapta una novela ni más ni menos que del año 1900.
El guión, del ya curtido Peter Morgan, hilvana exquisitamente numerosas historias personales que giran siempre alrededor de las más estrechas e intimas relaciones con los nuestros. Muchas caras, algunas archiconocidas, entre ellas una de mis musas: Rachel Weisz. Desde el mismísimo inicio una palabra sienta las bases de lo que nos depara el film: bifurcaciones. Persistentes cruces de caminos y las inevitables decisiones que éstos conllevan son la constante en las situaciones que se nos van presentando, sobre personajes que conocemos progresivamente como si acabásemos de entrar en un autobus. Eso es lo complicado, que la limitada y minuciosa información que recibimos en cada caso sea suficiente para que no saltemos del bus en marcha. Pero es que en algunos casos, como en la historia de la brasileña en el aeropuerto, la tensión que consigue el film es comparable a la de cualquier buen thriller, que habría estado amasado durante bastante más tiempo los antecedentes de esa escena.
Otro gran acierto de Meirelles es el tono de la peli. Aunque hay una evidente carga dramática en todas las historias, en unas más desenfadada q en otras, en ningún caso se pasa de vueltas, con una única excepción cercana al final.
Pero quizás el aspecto que creo que más contribuye a darle al film una personalidad incuestionable es la crueldad y a la vez austeridad con la que se muestran los condicionantes de cada personaje antes de su decisión. Estoy es desacuerdo con la matoría de críticas que he leido sobre este punto, achacándole falta de profundidad y no jugar a nada. En mi opinión, huye de efectismos mostrando todas esas pequeñas decisiones como quiere: enseñándonos que el resto de nuestras propias vidas está inmerso cada día, y en múltiples ocasiones, en todas y cada una de las cosas que hacemos. El futuro se reescribe cada segundo que pasa.
Con todo, esa cruda realidad me hace reconocer que una peli coral difícilmente ocupará un lugar de referencia en nuestra memoria. Pero la memoria almacena pasado y la fuerza de este mensaje está en cómo nos enseña que sólo existe el presente.

PARA: espectadores que aprovechan cada segundo que pasan frente a una pantalla
ABSTENERSE: cualquiera que sólo busque en cada peli referentes del pasado

No hay comentarios:

Publicar un comentario