viernes, 27 de septiembre de 2013

Jobs

Jobs (2013), Joshua Michael Stern


Si tuviese que hablar sobre la figura de Steve Jobs tendría que hacer un esfuerzo titánico para sintetizar en el espacio de este comentario las millones de impresiones que se acumulan en mi cabeza. Por contra, aquí de lo que se trata es de compartir mi comentario sobre la película. Aun así, para llegar a ello, me parece imposible evitar el debate sobre su figura por lo que optaré por introducir primero aspectos del personaje que me parecen imprescindibles.
Es evidente que, por muy conocido que fuese nuestro protagonista, a muchísima gente le va a sorprender este biopic, porque desvela muchos aspectos muy poco populares que se suelen reconocer en muchos empresarios y altos cargos de empresas públicas y privadas. Sin embargo, no desvela prácticamente ninguno de los procesos que le llevaron a concebir los productos que cambiaron para siempre la electrónica de consumo a nivel mundial.
No me voy a esconder. Soy un acérrimo defensor suyo, y lo digo tras haberme leido la extensa biografía escrita por Walter Isaacson sobre su vida. Al poco de empezarla estuve a punto de no seguir. Muchísimas de las decisiones que tomó en sus inicios, tanto a nivel personal como profesional, van directamente en contra de mi escala de valores. Pero seguí leyendo. Mi regusto final compensó de largo la negativa sensación inicial.
Intentaré resumirlo. El 100% de lo que hacemos en la vida deja huella. Todo lo negativo que hizo no podrá perdonársele nunca (que le pregunten a su primera hija o a sus socios fundadores). No es factible compensar lo bueno con lo malo a modo de resta: 2 malo + 6 bueno = 4 bueno. No. Pero si no podemos olvidar sus errores, tampoco sería justo hacer lo propio con sus aciertos. Ahí es donde la comparación con otros está descomunalmente descompensada. El mundo en el que vivimos colecciona millones de seres de una calaña muchísimo peor (desde políticos hasta salvajes) sin un sólo gramo de aportaciones como la suya. Pensemos en nosotros mismos: a ver quien arroja la primera piedra...
El film, como decía, puede ser revelador para muchos, pero si nos ceñimos a su factura es más que discreto. Se limita a encadenar hechos, hitos, momentos, encuentros y desencuentros que pretenden definir por agregación quién fue Steve Jobs. Con ello, se olvida de profundizar en aspectos que habrían dado una dimensión mucho más cercana a la medida del personaje. Como única excepción, podríamos encontrar las confesiones que su socio Steve Wozniak le hace en su salida de la empresa.
Es evidente que no era empresa fácil abordar tantísimos aspectos. De hecho, lo primero que me llamó la atención al conocer la existencia del proyecto de hacer una película de su vida fue la imposibilidad de abarcar toda la complejidad del personaje en dos horas. No me equivoqué. Hay capítulos verdaderamente apasionantes en su biografía que aquí no se tocan o por los que se pasa tangencialmente: el origen de su inconformismo y de su comportamiento anárquico, la relación con su primera hija, su enfermedad, los procesos de creación de productos como iTunes, las Apple Stores, el iPhone, la creación de Pixar, o el discurso en la Universidad de Stanford, que contiene las palabras que más me han inspirado en toda mi vida. Pero por encima de todo eso, eché en falta dos aspectos, uno personal y otro más profesional, que encuentro inaudito que no hayan tenido el peso que se merecían en su caracterización. El primero es la profundidad de la herida provocada por el hecho de haber sido entregado en adopción por sus padres biológicos. Nunca lo superó ni lo aceptó, y de ahí nace mucha de la energía que le llevó a rebelarse construyendo un mundo interior blindado que le permitió afrontar retos imposibles pagando un precio altísimo con los que le rodeaban. El segundo fue su compromiso enfermizo con la perfección, que cambió el panorama de una industria billonaria a escala global.
Por último, merece destacarse el espectacular parecido de Ashton Kutcher con el original, que resulta algo mejor que su interpretación.

PARA: conocer superficialmente a uno de los personajes clave de la historia contemporánea
ABSTENERSE: quien lo quiera conocer en toda su dimensión, porque debería leer antes su biografía 

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