lunes, 14 de enero de 2013

El cuerpo

El cuerpo (2012), Oriol Paulo

Mens sana in corpore sano. Ya lo dijeron los romanos. Un cuerpo sano es un cuerpo en equilibrio. Y hacer una peli es un complicadísimo juego de equilibrios. He vivido de cerca esta producción porque Taller de Guionistas está vinculado a la productora. El resultado final es una peli de factura impecable, con un guión interesante, pero ... desequilibrada.
Es una lástima que sea así, pero creo que eso es precisamente lo que diferencia una peli interesante de otra que uno desea compartir. Es decir, la diferencia entre una taquilla más que correcta y un éxito. Y ¿dónde está el desequilibrio?
La expectativa no era brutal, pero tampoco lo contrario. Más bien, había ganas de un buen thriller con una promoción que despertaba el interés. Su planteamiento y desarrollo consiguen sin duda el primordial objetivo de generar y mantener tu atención. A medida que avanza, siembra eficazmente los elementos propios del género... pero algo nos va martilleando la cabeza. Algo que evita que estemos mucho más implicados de lo que podríamos estar.
Es indudable que el equipo de Rodar y Rodar ha conseguido perfecccionar un sello propio en la lidia de este tipo de productos, bien construidos y mejor producidos. A nivel técnico no tiene absolutamente nada que envidiar de otras producciones similares y mucho mayores presupuestos.
En este caso, el encargado de su realización ha sido el guionista de una anterior producción de la casa, Los ojos de Julia (2010), y que acaba de ser nominado al goya al mejor director novel. Precisamente, el guión es claramente uno de sus ganchos. Nada que objetar en linias generales. Pero sí debo admitir que ese final tan impactante destila un cierto aroma (sólo aroma) de un Deus ex Machina, o final sacado de la manga. Repito: no es el caso, pero quizás se podría haber hilvanado algo mejor antes del desenlace, porque es indudablemente ingenioso.
Entonces, ¿dónde está la pega? ¿en el casting? Caliente, caliente... La musa de la casa, Belén Rueda, está más que interesante en su papel de mujer madura y rica. Coronado se ha ganado a pulso un savoir faire que mejora la peli cuando él aparece. Aun así, en esta ocasión está algo intermitente. A distancia de su megapapelón en No habrá paz para los malvados (2011).
Pues si echamos un vistazo al cartel, ya lo tenemos: el tercero en discordia. Todo despropósitos. El personaje de Hugo Silva está mal dibujado y peor interpretado. Me parece muy desacertado plantear un protagonista monigote al que todos se meriendan constantemente. Y por si eso fuera poco, la interpretación es cualquier cosa menos carismática (por ser suave). Una pena.

PARA: seguidores de un cada vez más sólido cine policíaco español con inspiración USA
ABSTENERSE: por eliminación, los exclusivos incondicionales del cine de autor

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