miércoles, 27 de junio de 2012

Moonrise kingdom

Cartelera:
Moonrise kingdom (2012), Wes Anderson


No tenía el placer de conocer a este singular director, pero como siga haciendo películas como ésta deberemos guardarle un rincón más que especial en nuestra memoria sobre nuevo cine.
Maneras de abordar el universo infantil en el cine ha habido infinitas, pero ésta merece un capítulo propio. El principio es toda una declaración de intenciones en muchos sentidos. La realización es deslumbrante por su originalidad y plasticidad. Posee un estilo exquisito para transmitirte la impresión de que estás leyendo un libro infantil dirigido al público adulto, basado en ilustraciones, a la vez que aprovecha impecablemente el medio.
De esta manera, nos hace avanzar en la historia muy fluidamente, identificando constantemente un sello muy peculiar basado en un tono inclasificable, pero reconocible. 100% comedia de la buena.
Por si esto fuese poco, el señor se ha sabido rodear de un elenco de consagrados artistas que sería protagonista en cualguier película americana, indie o comercial.
Lo que no me acaba de encajar es la interrupción que se hace de ese estilo a mitad película. Adquiriere entonces, durante un lapsus de tiempo, un aire de drama más convencional basado en una serie de dialogos por parejas que pretenden darle una trascendencia a modo de sermón o mensaje. No lo necesitaba, a mi entender, porque traiciona, en cierto modo, esa genuina huella que nos deja durante todo el resto del film.
Un sincero placer el poder disfrutar, aunque sea tan de vez en cuando, de nuevas maneras de entender y de disfrutar este arte infinito y apasionante.

PARA: amantes de la comedia en su más amplio espectro
ABSTENERSE: los que se sienten incómodos cuando no pueden clasificar una peli

The yellow sea

The yellow sea (2011), Hong-jin Na


El cine de acción oriental lleva ya mucho tiempo produciendo títulos tan impactantes como éste. El mismísimo Quentin Tarantino ya se rindió a él antes de empezar su carrera. De hecho le inspiró gran parte de su cine.
Durante más de 2 horas, el joven director surcoreano de esta película, premiado en el pasado Festival de Sitges, nos da un garbeo por los oscuros rincones de la frontera de China con Corea, sin escatimar localizaciones. Cine negro 100%, acción, gran protagonista, buen antagonista y mejorables personajes secundarios.
La primera mitad de la peli es trepidante. Anclado en un buen guión suyo, el director sabe combinar a las mil maravillas el pulso dramático con la acción, sin perderse en aspectos superfluos ni alejados de lo que la historia pide.
Sin embargo, esa profundidad dramática que se empieza a tejer con buen tino se irá abandonando poco a poco en beneficio de una violencia extrema, a la vez que el guión se banaliza en su segunda mitad.
Lo de la violencia no me molesta por sí misma. Es cine de acción. Si no te gusta no lo veas. Lo que me decepciona es que esa violencia no esté bien justificada por el guión, porque entonces se convierte en algo que se va a ver al cine, en lugar de sentirlo. Y es que en esta ocasión la violencia se lleva a un extremo suficientemente explícito como para tumbar a cualquiera que tenga un nivel de pudor al límite.
El mejor ejemplo que existe de cómo combinar esa acción desfasada con una historia potente es Oldboy (2003). Un clásico contemporáneo que, no por casualidad, se halla entre las 100 películas más aclamadas de la historia. Obligada para todo aquel que disfrute con el cine negro ... y que ya haya comido.

PARA: descubrir qué tipo de cine de acción se lleva décadas haciendo en oriente
ABSTENERSE: los que consideren que Gladiator es una peli violenta

viernes, 15 de junio de 2012

Le Havre

Le Havre (2011), Aki Kaurismäki

Cine de aquellos que mejor representan la etiqueta de cine de "autor". Kaurismäki es uno de sus más conocidos exponentes europeos, y el director finlandés más famoso.
Su estilo es tan personal (como mandan los cánones) que es imposible que genere opiniones  homogéneas. Posee una especie de código visual con el que podemos identificarnos según el día, la peli, el momento de la peli o lo que sea. Pero es muy singular.
Planos fijos, la cámara apenas se mueve. Interpretaciones secas, austeras, pero que no por ello carecen de emoción. Una narración que, de tan lineal y sólida, se acerca a la de un cuento. Una fotografía que, como he leído en alguna crítica, recuerda a los cuadros de Edward Hopper, cuya exposición ha sido recientemente inaugurada en Madrid (para variar). No sólo por la luz, sino también por retratar a unos personajes cuya mirada al infinito te transmite, por un lado, una sensación de vacío, pero por otro, están llenas de sentimiento contenido.
Este cuento está repleto de sinceridad y bondad humana, y rebosa esperanza por todos lados. El tema es que todo él rezuma un aroma tan naif que la mella que pueda hacer en cada uno dependerá a buen seguro de mil imponderables de nuestra alocada vida. Donde uno vea ternura, el otro verá compasión. Donde uno vea altruismo, el otro verá ingenuidad. Y donde uno vea amistad, el otro verá interés.
Sea como sea, mi visión particular es que la mezcla entre cuento, drama social y estilo escandinavo es demasiado áspera como para llegar a gozar en el cine. No pongo en duda su mérito, porque entiendo que a mucha gente le pueda fascinar esta combinación, pero mi idea de experiencia en cuanto a saborear un cuento de cine está (por poner un extremo) más cercana a la de Big fish, o Eduardo Manostijeras, ambas de Tim Burton. Sin que sirva de precedente.

PARA: fieles seguidores del cine personal made in Europe
ABSTENERSE: fieles seguidores del pasional cine personal made in Spain

lunes, 11 de junio de 2012

Diamond Flash

Diamond Flash (2011), Carlos Vermut


Película sin presupuesto para muchas cosas. La más limitante, carecer de oportunidades para haber disfrutado de una mínima distribución. La suerte es que hoy en día existe internet. Y que los malpensados no empiecen a descargarse sospechas. Filmin la ha incluido en su catálogo este pasado fin de semana.
Como bien anunciaba esta plataforma de descarga legal de películas en el email enviado a sus registrados, lo mejor en este caso es que no te cuenten nada de nada. Tampoco es mi costumbre tirar de spoilers, y tampoco lo haré hoy. Pero sí que me apetece compartir varias cosas de este particular film.
Hay algo que creo que en el cine es igual o más importante que crear buenos personajes: crear buenas atmósferas. Y cuando no tienes un duro el mérito es, como mínimo, doble. Opera prima de un director que tan sólo contaba con un escueto pero emotivo corto de 3 min y medio llamado Maquetas, premiado en algún festival y que ahora se ha atrevido con este dilatado largo de 2h10min.
Con cuatro duros, si no literalmente casi, consigue crear una atmósfera que te arrastra sin que te estés cuestionando cada 5min la parquedad de sus medios. ¿Y cómo se hace eso? Lo de siempre: empezando por un buen guión.
Lo interesante del conjunto son varias cosas. Llama la atención esa marcada austeridad, no sólo presupuestaria, sino en su lenguaje visual. Muchos planos secuencia, poquísimos personajes, escenarios casi desnudos, estructura alternativa y, por encima de todo, ese silencio turbador. Y con todo ello consigue una peli de cine negro, o si lo preferimos, de thriller contenido.
Y para darle un aura todavía más misteriosa hace algo que, en mi opinión, es su jugada más arriesgada: juega con el final. Y para mí es una lástima que no haya decidido jugar con algo diferente, porque el regusto que deja el film no llega a ser amargo pero deja una cierta sensación de frustración sobre la expectativa creada sobre algo que podría haberse cerrado, no convencionalmente, pero sí más convencionalmente.
Quizás el tono fantástico que utiliza en un momento clave sea una segunda razón para arrugar la nariz.
En cualquier caso, una experiencia más que interesante para todos aquellos que aspiramos a vivir de este mundo del cine y que, más tarde o más temprano, deberemos darnos cuenta de que pasar a la acción ya no es una opción sino una necesidad.

PARA: quien quiera experimentar con algo que tiene poco de experimento
ABSTENERSE: los que hayan pensado en volver a vibrar con Flash Gordon